Hablemos por un momento de una de mis webs favoritas de toda la vida. Con una historia de amor no correspondido.

Estas líneas las escribo mitad en el turbulento avión saliendo de una tarde lluviosa de Bogotá, y la otra mitad, ya en mi hotel de noche mirando el cielo completamente negro de las calles llenas de música de Santa Marta. Así que disculparán la tardanza. No me arrepiento para nada.


¿Cuál es tu primer recuerdo en internet? ¿Cuando abriste tu primer correo de Hotmail? Oh, el mío era locoporplay@hotmail.com. Dios. Qué vergüenza. ¿O tal vez cuando existía MSN Messenger? O a lo mejor no estás en la vejez como yo y empezaste conn alguna de esas redes sociales para jóvenes como BeReal o TikTok

Sin importar cuál haya sido tu primera experiencia en la red, todas ellas tienen un común denominador, algo que es inexorable e inembargable: ninguna de los sitios, sean apps o webs donde comenzaste, son para siempre. Aunque cambien, aunque muten, aunque desaparezca y renazcan con otro nombre.

Y hoy te voy a contar la historia de una de esas plataformas en las que sin querer, llegué a “enamorarme” de una chica. Una historia de amor no correspondido en una red de microblogging que hoy intenta renacer de sus cenizas.

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Donde Blackberry era rey, Tumblr era príncipe.

Uno tiene la noción de que Venezuela es, erróneamente, la Haiti de Suramérica. Pero al igual que sucedió con Argentina en el siglo pasado, pueblos prósperos cambian por una serie de malas decisiones, cada una peor que la anterior. Como me dijo el chofer que me trae camino al aeropuerto El Dorado: “yo viví en Chile con mi esposa porque alcanzaba la plata, hasta que dejó de hacerlo y nos devolvimos aquí.” Hasta que la plata alcance, no hay cambios.

En pleno auge de la red, la mensajería instantánea estaba en su adolescencia. Blackberry era el rey entre los jóvenes venezolanos (y en muchas otras partes del sur del continente) y su Messenger, donde la gente compartía un pin para identificarse, era chévere. Por ese entonces, ya cuando el iPhone estaba empezando a hacer su aparición, una joven red social empezó a calar entre algunos venezolanos como forma de expresión.

No era tan tiesa como Facebook pero tampoco el desastre que había sido Hi5. Si la recuerdas es que eres alguien mayor ya también. Tumblr fue fundado por David Karp en 2007. Sigue siendo, más de 15 años después, uno de los sitios donde muchos buscan expresarse sin miedos. Una red social de pequeños blogs donde reblogueabas y subías lo que quisieras.

Y ahí conocí a una chica de la que no recuerdo el nombre. Clásico Josué. Lo que recuerdo eso sí, es que era de una zona llamada Merida, en Venezuela. Era delgada, morena, se alisaba el cabello que naturalmente sería ondulado. Era insegura sobre sí misma y tendría por entonces 19 años, igual que yo.  Empecé a rebloguear algunas de sus publicaciones, y le daba like a sus fotos cuando se atrevía a subir alguna. 

Yo para ese entonces nunca había tenido novia. Me costaba horrores hablarle a una chica sin que me diera tanta vergüenza que al final me terminaba callando. Si sentía atracción física por esa persona era aun peor. Poco sabía yo que justamente las cosas que me daban más pena de mi mismo, iban a ser las que le iban a resultar más atractivas a las parejas que iba a tener en el futuro. 

Pero en internet demostrar que eres alguien interesante o simplemente, todo eso que tu madre siempre dijo de ti como una verdad absoluta, es más fácil de decir que hacer. Mi blog, o perfil como quieras llamarlo,  no era nada especial, solo reflejaba mi sentido del humor. De hecho puedes visitarlo todavía, no he vuelto a utilizarlo porque no tengo acceso del todo. Pero en pleno 2023, puedes volver al pasado y ver cómo lucía con 23 años, cuando lo dejé. 

La imagen que damos no es la que somos. 

Volviendo a la chica, empezamos a interactuar por mensajería de la plataforma. Algo tosca, pero funcionaba lo suficiente como para que empezáramos a intercambiar detalles básicos de nuestras vidas. Me contó sobre su ausencia de novio, su frustración sobre no saber que estudiar ni que hacer con su futuro y que Merida se estaba quedando pequeño, pensando en buscar oportunidades de trabajo en Maracaibo o en Caracas, donde varios de sus compañeros de colegio ya se habían ido.

Como suele suceder, y si alguna vez has conocido a alguien por la red, pasó lo que tenía que pasar: comencé a idealizar mucho a esta chica. Yo, un romántico, no podía evitarlo. Incluso pensé en un futuro ir a visitar su país. Idea bastante ridícula para alguien tan joven, estudiando y sin trabajo formal en esa época. Ni siquiera tenía pasaporte. De solo pensar en la cara que habrían puesto mis viejos al saber que haría semejante tontería, ya estaría sacando mis cosas de la maleta.

Y nada de eso era culpa de la chica en cuestión. Ella siguió con su vida, sus dramas y a los meses dejó de usar su blog. Eso me entristeció, porque aunque no le envié más mensajes, sus posteos simplemente dejaron de aparecer. Así como había llegado, se había ido.

Fue una lección que no aprendí del todo en esa época. Porque años después, conocí a alguien más pero en una app para aprender idiomas, en conversaciones con gente real. La idea era buena, pero rápidamente terminó convirtiéndose en una app de citas. Tandem, es esa app. Historia corta, conocí a una mujer muy simpática de Brasil. Y me pasó lo mismo que con la chica de Tumblr.

La forma en la que nos damos a conocer en redes sociales, son solo ventanas que dejamos abiertas para que la gente que pasa al frente vea hacia dentro. Como las casas adobadas, bellamente pintadas que encuentro en las calles de Santa Marta. Son fachadas con las que solo puedes especular. 

Tumblr era una extensión de lo que muchos eran, no una impresión de lo que querías ser (Instagram), lo que le dices a otros que eres (LinkedIn), o lo peor que puedes ser (Twitter). A través de lo que te gusta, de compartirlo, es una de las formas más sinceras de conocer a alguien. Donde nadie sabe tu apellido ni tu pasado, ni le interesa. Donde puedes solo expresarte sin importar si alguien lo verá o no. Es tu casita, pintada a tu gusto, donde puede que pase gente al frente, gente que no te conoce pero que al ver lo que hay, ventanas adentro, simpatiza contigo.

Y por eso me enamoré aquella vez.


Mal Turista, ¿cómo has conocido a las personas que eventualmente fueron tus parejas? Varias de mis experiencias amorosas comenzaron en un app, pero siempre siento curiosidad cuando alguien conoce gente fácilmente en los lugares menos obvios, fuera de la red.

Por ahora, yo iré a tomarme algo frío porque el calor ya comienza a aparecer y tengo muchas historias que escuchar en este viaje. Gracias por leerme una vez más y nos vemos hasta dentro de 15 días, Mal Turista